Cuando
hablamos de ambiente de aprendizaje nos imaginamos inmediatamente un aula de
clase, un espacio de cuatro paredes con pupitres o mesas dispuestos de forma
frontal con estudiantes, un pizarrón
frente a ellos y por supuesto, un
maestro. Así son los espacios en los que
recordamos haber pasado todas las actividades pedagógicas que hemos vivido
desde la primaria hasta la básica, siendo la universidad un poco más flexible
en cuanto a la apropiación de un espacio definido, pero indudablemente con
condiciones similares.
En la sociedad actual estas concepciones han
ido cambiando. Se percibe al ambiente de aprendizaje como aquellos espacios donde
se crean las condiciones para que el individuo se apropie de nuevos
conocimientos, experiencias y elementos que le generen procesos de análisis
y reflexión. En estos espacios cada vez más se incorporan en forma rutinaria instrumentos
tecnológicos de comunicación e información y su aplicación en el proceso
pedagógico.
Por consiguiente, cuando coadyuvan las
condiciones favorables para el aprendizaje, tanto físicas como emocionales, con medios tecnológicos para establecer una interacción
del estudiante con el mundo, con los otros y consigo mismo, es lo que se conoce
como ambientes virtuales de aprendizaje. En este sentido la acción tecnológica va
a facilitar la comunicación, el procesamiento y la distribución de la
información. Por lo tanto, son numerosas las herramientas tecnológicas empleadas en los entornos educativos para
favorecer los procesos pedagógicos-comunicacionales, entre ellas se pueden
mencionar: internet, multimedia y la
televisión interactiva, entre otros.
Es
por ello, que desde hace unas décadas muchas instituciones
educativas y organismos internacionales como la UNESCO, han estimulado la
generación de sistemas educativos o entornos pedagógicos, bajo la modalidad de
ambientes virtuales de aprendizaje con una comprobada calidad, que son capaces
de ofrecer múltiples ventajas a nivel social y económico, ofreciendo la misma posibilidad a una persona que está en la Patagonia como
el que está en el centro de New York. Todo esto con la posibilidad de interconectar e integrar
diversas visiones del mundo sobre temas comunes donde convergen opiniones e
ideas que surfean la diversidad cultural y a veces hasta el idioma, para llegar a puntos de encuentros y metas
comunes. Estos programas ofrecen software diseñados para facilitar la acción
pedagógica del docente, que conjuntamente con las aplicaciones multimedia, se
convierte en un entorno interactivo de construcción colectiva, donde el
aprendizaje colaborativo se pone en evidencia.
Basándose
en lo anteriormente planteado, la
educación a distancia y específicamente
la educación en línea, más que una alternativa se ha vuelto una tendencia
global de formación, pero al mismo tiempo se propugna cada vez más con una
perspectiva social, cooperativa y de aprendizaje interdependiente entre los
miembros participantes, empleando en el quehacer educativo las aplicaciones
tecnológicas llamadas “el software social” (Wikis, Blogs, Chats, mensajería instantánea, etc.) que hace posible que se
concrete la interacción grupal.
En este sentido, son numerosas las
ventajas que generan los ambientes virtuales de aprendizajes. Son flexibles en
cuanto al espacio físico y tiempo. Además, posibilitan un conocimiento más
abierto, extenso y dinámico. Asimismo, promueven la interacción con todos los
internautas que sean posibles. Aunado a esto, brindan mayores alternativas para
los estudiantes de acuerdo a sus posibilidades, necesidades e intereses, propiciando
nuevas formas de organización y procesamiento de los aprendizajes, con nuevas
estrategias de pensamiento, formas de representación y estrategias de metacognición
que adquiere al asumir retos. Por otra
parte, le proporcionan otras formas de ver el mundo con nuevas habilidades para
el procesamiento y comunicación de la
información.
Además,
el estudiante puede rectificar y autocorregirse, tiene la libertad para reorientar
su acción. Es claro que al enfrentarse a este cambio de paradigmas educativos se
sumerge en el mundo tecnológico, por lo que muchas veces es forzado a asumir rápidamente destrezas en este campo y a la vez
fortalece la capacidad para seguir instrucciones.
De la misma manera, se estimula el
aprendizaje cooperativo, cuando los estudiantes aportan conocimientos,
experiencias, ideas y estilos en temas de discusión que generan nuevos
constructos, que enriquecen a cada uno de los participantes. Se promueve la
socialización, en la que los estudiantes y el docente acuerdan el desarrollo de
distintas actividades de aplicación, seguimiento y evaluación, en las cuales se
establecen relaciones sociales entre los participantes del aula virtual al
interactuar para informarse y resolver dudas (foros, chat, diálogos, correo
electrónico, entre otros).
A su vez, propicia la rapidez de producir
conocimiento en tiempo real que permite el estímulo para el análisis y la
lógica. Estimula la ejercitación y aplicación del conocimiento a situaciones
concretas. Es una forma de desarrollar actividades de aprendizaje más
centradas en el estudiante.
Por otro lado, los ambientes virtuales de
aprendizaje pueden representar un reto considerable para el docente que ejerce
su labor en este ámbito, pues debe asumir funciones y condiciones muy particulares a
nivel académico, social, organizacional y técnico. Este docente no solo requiere
de un buen manejo de las herramientas
web de la comunicación e información, sino que debe estar al tanto de la
variedad de recursos que brinda la web a fin que pueda brindar confianza a los participantes.
De igual forma, debe tener afinidad por las nuevas tecnologías, lo cual lo
motivará a estar pendiente de la evolución de sus estudiantes, brindándoles
estrategias y actividades atractivas que los mantengan entusiasmados, con un
buen clima e intercambio comunicativo enriquecedor que propicie el aprendizaje
significativo.
En resumen, son muchas las ventajas de
viajar a través de la red, en sistemas educativos novedosos, convirtiéndose en
una alternativa real, eficiente y eficaz para muchos estudiantes del mundo que
no han tenido posibilidades o no desean acceder a sistemas presenciales regulares.